¡Volvemos a las andadas! Cada cierto tiempo tenemos algún cliente que nos solicita la instalación de proyectores y pantallas para propósitos diferentes, tales como: formación, ocio (bares), presentación de productos/proyectos, etc.
Este ha sido el caso de un colegio de Vitoria, para quien ya habíamos instalado más de 15 proyectores anteriormente por lo que conocíamos de buena mano el proceso de instalación. Para aquellos que no lo conozcáis, os explicamos brevemente en qué consiste:
Selección del proyector y pantalla
Lo primero de todo, hay que conocer para qué se va a usar el proyector. No es lo mismo la instalación de un proyector en el ámbito educativo que para ver contenido multimedia en alta definición. Así pues, el primero paso consiste en seleccionar el tipo y modelo de proyector, teniendo en cuenta consideraciones como las siguientes:
-
Tecnología que se empleará, por ejemplo: DLP o LED
-
Resolución necesaria: 1280×1024 (para el caso de nuestro cliente es más que suficiente puesto que no se requiere de una gran calidad en la imagen)
-
Tipo de proyector: corta distancia, pico proyector, etc.
-
Vida útil de la lámpara y coste de los recambios. Muy importante si se van a usar muchas horas al día.
-
Brillo. Característica fundamental a tener en cuenta en función de la luminosidad existente en la estancia donde se va a instalar así como la disponibilidad de elementos que aporten oscuridad: cortinas, puertas, persianas, etc.

Una vez seleccionado el proyector, pasamos a seleccionar el tipo de pantalla a utilizar. Lo más común es utilizar una pantalla de accionamiento manual, la cual puede ser fija (anclada en pared) o portátil (que puede ser transportada de un sitio a otro).
También existen pantallas motorizadas que, mediante el uso de un mando cableado o remoto, permiten desplegarla y recogerla sin esfuerzo alguno. Por norma general, este segundo tipo de pantallas tienen un coste superior y las reparaciones son más costosas en caso de fallo.

Proceso de instalación
Lo primero que solemos hacer es anclar la pantalla a la pared, haciendo uso de un nivel para que esta quede totalmente recta. Es importante que este paso sea el primero para luego poder calibrar el proyector y que la imagen quede centrada.
Acto seguido, instalamos canaletas verticales desde la zona donde esté el ordenador que proyectará la imagen hasta el techo. Por dichas canaletas pasamos el cable de alimentación eléctrica y el cable de video del proyector. Mediante el uso de guías, conducimos ambos cables hasta la zona del techo donde se tiene previsto anclar el proyector.
Una vez instalados los terminales de corriente schuko en los extremos del cable eléctrico y montado el proyector en el soporte de techo, lo encendemos «al aire» para calcular la distancia exacta a la que deberá ir instalado. Cuando vemos que la imagen queda centrada en la pantalla (previamente instalada), marcamos los orificios del soporte para proceder a taladrar e instalar los elementos de sujeción adecuados.
Finalmente, calibramos el proyector mediante el zoom y el focus para adaptar la imagen al tamaño de la pantalla ajustándola de la mejor forma posible. Ajustamos el resto de parámetros como la gamma de color, nitidez, contraste, etc. para que la calidez de la imagen sea la adecuada tanto en condiciones de luz como de oscuridad.
El resultado, el siguiente: