Nuevo trabajo de cámaras de seguridad. Nuestro cliente se trasladaba de local a un espacio más amplio dentro del conocido Mercado de la Plaza de Abastos.
Con el tiempo jugando en nuestra contra, ya que la inauguración estaba prevista en menos de una semana, necesitaba desmontar el sistema de videovigilancia de su bar actual para realizar el traslado e instalación en el nuevo establecimiento.
¡Así pues, nos pusimos manos a la obra!
Desmontando el sistema en el bar antiguo
Como parte de la instalación iba a ser aprovechada en el local nuevo, acudimos al establecimiento antiguo con el fin de desmontar el videograbador y cámaras de seguridad. El cableado, cajas de registro y tubos se quedaron instalados en el local antiguo ya que difícilmente iban a poder ser reaprovechados.
Fue un momento excelente para limpiar las lentes y las carcasas de las cámaras ya que, con el tiempo, estas se habían ido ensuciando disminuyendo así la calidad de imagen obtenida. Sobre todo la de la cocina, la más afectada por los vapores y salpicaduras.
Con todo el sistema desmontado, procedimos a embalar todos y cada uno de los elementos para evitar daños durante el traslado al nuevo local.
Instalando de nuevo el sistema
Antes de empezar a instalar las cámaras y, como hacemos siempre, fue necesario elaborar un estudio previo de las zonas a proteger, posibles pasos de cableado, ubicación del videograbador, etc.
Debido a que el tamaño del local era notablemente mayor con respecto al local anterior y que, con el número de cámaras disponibles, no se llegaba a cubrir todos los ángulos interesantes, se hizo imprescindible la adquisición de más cámaras.
De esta manera, tuvimos que redimensionar toda la instalación y adquirir nuevo hardware: videograbador con soporte de más canales (cámaras), switches para la comunicación intermedia que facilitasen la acometida del cableado, disco duro de mayor capacidad, etc.
A veces, un pequeño boceto en un papel sirve para aclarar ideas y tener claro cómo se va a llevar a cabo la instalación. Y para muestra, un botón:
Con las ideas claras y, habiendo solicitado ya el material adicional que iba a ser necesario instalar, nos pusimos a trabajar empezando por la instalación del cableado. Como decíamos, el tiempo jugaba en nuestra contra y necesitábamos hacer la mayor instalación de cableado posible antes de la inauguración del local, ya que luego el trabajo se complicaba en exceso por la presencia de clientes y el amplio horario de apertura del establecimiento.
El nuevo local se encontraba todavía en proceso de adecuación, donde había varios gremios trabajando a la par y nos «incordiábamos» los unos a los otros.
La instalación del cableado de red se complicaba en muchas zonas de difícil acceso: techos a diferentes alturas, viguetas de hormigón sumamente anchas, tubos corrugados saturados de cableado por donde ni tan siquiera pasaba la guía, tabiques ocultos encima del techo falso, canalizaciones cortadas a mitad de camino en el propio techo, etc.
Costó unos días pasar el cableado de red hasta los puntos donde irían los dos switches y el videograbador, pero al final todo quedó según lo planificado en el boceto. Al tratarse de cámaras de seguridad IP, se consiguen ciertas facilidades como interconectar varias cámaras a un único switch y, desde este, lanzar un único cable de red hacia otro punto. Similar a como ocurre en las redes informáticas donde se interconectan varios ordenadores a un switch.
Antiguamente, con las cámaras analógicas y su conexión por cable coaxial, era requisito indispensable la conexión extremo a extremo entre cámara y videograbador. Pensad entonces la dificultad que suponía, si ya de por sí era difícil encontrar paso para el cableado, el hecho de tener que lanzar 10 o más cables hasta una zona concreta… A veces esto era, simplemente, imposible.
Con los sistemas IP, se pueden colocar switches intermedios que reduzcan la cantidad de cables de red, reduciendo así los materiales y horas de trabajo facilitando la instalación de todo el sistema. Obviamente, los switches tienen que estar dimensionados al número de cámaras a instalar y posible ampliación a futuro, ancho de banda necesario en el puerto uplink, suministro de energía mediante POE para no tener que lanzar un cable de corriente adicional a cada cámara, etc.
Cámara a cámara, cada uno de los huecos del nuevo establecimiento hostelero iba quedando protegido. Por cada cámara conectada, ajustábamos una serie de parámetros en función de las condiciones lumínicas donde se encontraba, ya que había cámaras que, por su ubicación, recibían una fuente de luz directa del sol a través de las cristaleras:
- Resolución máxima
- Codificación de la imagen inteligente
- FPS (fotografías por segundo, 25)
- Tasa de bits constante para la transmisión de datos
- Exposición del diafragma
- Brillos y contrastes
- Balanceo dinámico de blancos
- Reducción inteligente de ruido digital
- Corrección de luz por alto contraste
- Ajuste de luz infrarroja
- Horario de la cámara según DST (cambio horario en Marzo/Octubre)
- Nombre del canal
- Etc.
Los parámetros no son iguales en todas las cámaras ya que las condiciones en las que cada una se encuentra tampoco lo son: alturas, ángulos, fuentes de luz frontal y trasera, iluminación natural o artificial de fluorescentes (pudiendo provocar parpadeos en la imagen) o paneles led, etc.
Terminada toda la instalación y calibración de las cámaras. Procedimos a configurar el smartphone del gerente para poder acceder tanto a las imágenes en tiempo real como a las grabaciones almacenadas.
Y, como siempre acompaña a todas nuestras instalaciones de videovigilancia, la documentación relativa al cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos:
- Carteles informativos de la existencia de zona videovigilada en cada uno de los accesos al local, tanto de clientes como de trabajadores
- Cláusulas informativas para los trabajadores
- Contrato de prestación de servicios
- Registro de actividades
- Información de los derechos que las personas pueden ejercer y sobre cómo actuar
- Etc.