En esta ocasión se trata de un bar-restaurante ubicado en Zurbano donde nuestro cliente nos requirió para la instalación de 4 cámaras de seguridad en su establecimiento.
No disponemos de muchas fotografías del proceso de instalación así que pondremos algunas relativas a las cámaras instaladas ya que la instalación fue algo compleja debido a la dificultad de paso del cableado.
Nuestro cliente lo tenía claro, quería 4 cámaras de seguridad: en la barra y comedor, pasillo de cámaras frigoríficas, cocina y almacén.
Previo a la instalación y siguiendo nuestro procedimiento habitual, realizamos una visita para valorar posibles pasos de cable, altura, ángulos a cubrir, materiales necesarios, distancias, etc. Con la solución escogida y aceptada por nuestro cliente, nos pusimos manos a la obra.
La instalación
Comenzamos realizando el paso de cableado para 3 de las 4 cámaras ya que esta última era la más complicada de instalar de todas. Fue necesario abrir registros en el techo de escayola para facilitar el paso del cable ya que la distancia entre la cámara y videograbador, los ángulos de las paredes, aislamiento y tuberías dificultaban mucho el trazado del cableado por encima del techo falso.
Tras unas horas de trabajo, conseguimos centralizar el cableado de red de las cámaras en la zona donde estaba previsto la instalación del videograbador
Con los terminales de red crimpados, fuimos instalando las cámaras en la zonas deseadas por nuestro cliente.
Es necesario resaltar que nuestro cliente ya disponía de un sistema de videovigilancia de 2 cámaras instalada por la empresa de la alarma y no estaba nada satisfecho con ellas. Además de la falta de cobertura en los espacios deseados, la calidad de las cámaras dejaba mucho que desear.
La primera cámara la instalamos en la zona de la barra/comedor, zona en la que hay un mayor movimiento de personas: trabajadores, clientes, repartidores de género, etc. La ubicación de esta cámara era clave para conseguir el mayor ángulo de visión con la mejor calidad posible, no solo controlando la barra y mesas del comedor sino también las diferentes puertas de acceso y ventanas del establecimiento.
Con la cámara ya instalada, procedimos a instalar la segunda cámara, la del pasillo de las cámaras frigoríficas. Esta zona fue algo difícil de trabajar debido a que el pasillo era sumamente estrecho, los camareros pasaban constantemente y no había anchura suficiente para extender las escaleras.
Aun a pesar de ello, pudimos salvar los obstáculos y dejar esta segunda cámara instalada. Por si no lo había comentado antes, estas cámaras tipo domo de la marca Dahua, poseen certificación frente actos vandálicos, polvo y salpicaduras de agua además de visión nocturna para obtener una imagen legible en condiciones de escasa o nula visibilidad.
El momento de instalar la tercera cámara había llegado. Esta cámara iba a ser instalada en la zona de la cocina pero su paso a través del techo se dificultaba por la existencia de techos a doble altura, ángulos en pared y la no existencia de registros, apliques, en definitiva, «agujeros» por los que poder reconducir la guía cada pocos metros.
Durante el proceso de instalación de cableado, nos vimos obligados a abrir un registro en el techo de escayola a mitad de camino para poder orientar la guía hasta la ubicación de la cámara. El material aislante existente encima del techo provocaba que la guía se retorciera sobre si misma cada pocos metros y no avanzase.
Esto nos facilitó el trabajo y finalmente pudimos conducir el cable hasta la ubicación deseada.
Con las tres cámaras ya instaladas, solo nos quedaba la última, la más difícil. Esta cámara se encontraba en el extremo totalmente opuesto del edificio, en una especie de cobertizo que parecía ser un anexo al edificio principal y protegido por muros de 80 centímetros de grosor. Este cobertizo hacía las veces de almacén para el género empleado por el establecimiento.
Valoramos el paso de cableado a través de cajas de derivación ya instaladas, pero como ocurre la gran mayoría de veces, los tubos corrugados estaban saturados de cableado eléctrico y no permitían el paso de más cables.
Ante esta situación, no nos quedó más alternativa que llegar hasta una parte del restaurante a través del techo falso y posteriormente reconducir el cableado por una cámara de aire existente en la pared vertical. Nos llevó horas conseguir «pescar» el cable pero mediante diferentes guías (hasta 3 fueron necesarias utilizar), alambre trenzado y un poco de maña, conseguimos pasar el cable.
Instalamos la cámara en la zona más alta posible atendiendo al mejor ángulo de imagen existente ya que la disposición de este cobertizo era bastante irregular.
La configuración
Limpiamos todos los escombros y polvo generado durante el proceso de instalación y nos dispusimos a realizar la configuración del videograbador y cámaras de seguridad.
Dejamos configurado el sistema de videovigilancia para realizar una grabación 24×7, balanceo de blancos, brillos, contrastes y otros parámetros para conseguir una buena calidad de imagen. También configuramos el smartphone de nuestro cliente para poder monitorizar en todo momento y, en tiempo real, las cámaras de seguridad y el acceso a las grabaciones de forma remota.
Con toda la instalación finalizada, solo quedaba pendiente el cumplimentar los documentos para el tema legal, el cumplimiento del Reglamento General de Protección de datos: notas informativas para los trabajadores, cláusulas informativas, contrato de prestación de servicios entre responsable y encargado del tratamiento, etc.
Y como siempre y último elemento, el cartel de «Zona videovigilada» visible en el exterior de la fachada del restaurante.