Ya os adelantamos que esta instalación se sale de lo habitual ya que en la gran mayoría de las instalaciones en comunidades de propietarios se instalan cámaras en las zonas comunes como el portal, cuarto de bicis, cuartos de contadores, etc.
En este caso, la comunidad de vecinos necesitaba la instalación de una cámara en el propio portal y ¡una cámara en el interior del ascensor! debido a los daños que se habían producido en los paneles interiores de este.
Esta instalación tuvo que hacerse en dos fases, ya que la parte relativa al ascensor tuvo que coordinarse con los técnicos encargados del mantenimiento del mismo.
Fase 1: instalación de la cámara en el portal
Comenzamos desplegando las herramientas y escaleras en el portal de la comunidad y de ahí pasamos a trabajar al cuarto de bicis, donde colocaríamos el armario de seguridad encargado de custodiar el videograbador.
Realizamos un registro en el techo para poder acceder al hueco existente y así poder pasar el cableado desde el cuarto de bicis al portal propiamente dicho. Aprovechamos el momento y dejamos instaladas las bisagras de soporte que servirían para sujetar y proporcionar un mayor nivel de apoyo al armario de seguridad.
Ya en el portal, fuimos desmontando los focos del techo para facilitar el paso del cable de red hasta la ubicación definitiva donde se colocaría la cámara de seguridad. Gracias a la ayuda de la guía, el metro (que en ocasiones es la mejor guía ya que permite realizar tiradas muy rectas) y la pericia, pudimos llevar el cable hasta la esquina del portal
Crimpamos el cable de red en ambos extremos, comprobamos mediante un tester de red la continuidad del cable, realizamos los agujeros en el techo y anclamos la cámara de seguridad orientándola de manera aproximada a la zona que tenía que captar. Más adelante, con el sistema en marcha, ya calibraríamos al milímetro la imagen.
Vuelta de nuevo al cuarto de bicis, subimos el armario de seguridad (que pesaba un quintal) y lo anclamos tanto a las dos paredes como a las propias bisagras. Realizamos las conexiones del cableado eléctrico en el cuadro general de la comunidad y conectamos el videograbador y router 4G.
Decir que, tanto el videograbador como el router, ya se encontraban preconfigurados desde días antes en nuestro taller, evitando así demoras de tiempo el día de la instalación. Una vez que el sistema estaba encendido, comprobamos que podíamos acceder de forma remota a la cámara del portal, por lo que volvimos nuevamente a ella para dejarla orientada lo mejor posible y siempre con la aceptación de nuestro cliente.
Fase 2: instalación de la cámara en el ascensor
Esta fase fue sin duda la más complicada, ya que hubo que planificar bien cómo se iba a realizar la conexión de la cámara de seguridad en el ascensor y que esta estuviera conectada con el videograbador ubicado en el cuarto de bicis.
Dicha cámara tenía que cumplir dos características:
- Que la grabación se realizara sobre el videograbador y no sobre una tarjeta de memoria ubicada en la propia cámara.
- Que la grabación se hiciera tanto cuando el ascensor se encontrase parado como cuando estuviera en pleno movimiento.
La primera cuestión casi resulta obvia sobre todo en lugares donde se sospecha que los causantes de los daños del ascensor pueden dañar o intentar robar la cámara. Si la cámara realiza las grabaciones sobre una tarjeta de memoria integrada en la misma, cualquiera con un poco de habilidad podría llegar a desmontarla y sacar dicha tarjeta de memoria. Por ello, si las grabaciones se realizan directamente sobre el videograbador, aunque dañen la cámara o la manipulen las grabaciones quedarán a buen recaudo.
En base a estas premisas, preparamos un croquis que mandamos a la empresa mantenedora del ascensor para ver la viabilidad que tendría la instalación del cableado de red y enlaces PTP mediante comunicación inalámbrica. Tras un estudio y varias visitas por ambas partes, se determinó que se podía realizar la instalación según lo indicado en el croquis.
Comenzamos taladrando el muro desde dentro del hueco del ascensor, a la altura del hueco del techo falso del portal, para luego conducir el cable de red al cuarto de bicis donde se encontraba la caja de seguridad con el videograbador.
Fuimos embridando nuestro cable de red a la acometida de cableado existente por la pared del hueco hasta llegar al foso. A todo ello, un técnico de la empresa mantenedora del ascensor estaba en todo momento con nosotros para garantizar la seguridad de las operaciones y que nadie corriera riesgo alguno. El técnico iba manipulando la cabina arriba y abajo según íbamos necesitando desplazarnos para llevar la acometida de red al foso.
Ya en el suelo del hueco del ascensor, buscamos la mejor ubicación para colocar la base de la estación inalámbrica que se encargaría de recibir la señal de video de la cámara del ascensor y enviarla al videograbador. Nos aseguramos de que los faldones del ascensor no llegaran hasta ese punto así que colocamos una pequeña balda para evitar que la base estuviera en el mismo suelo y atornillamos dicha base a la propia balda para evitar que pudiera desplazarse con el paso del tiempo.
Por supuesto, antes de conectar esta base, crimpamos el cable de red y comprobamos que la continuidad en ambos extremos fuera perfecta para evitar tener que volver al foso por fallos en el cable.
El resto del proceso discurriría en la propia cabina del ascensor, tanto en su parte superior como en la inferior.
Aprovechando que teníamos el «culo» del ascensor encima de nuestra cabeza, colocamos la base receptora en una ubicación segura e instalamos el cableado de red conduciéndolo a la parte superior de la cabina mediante unas zonas de paso habilitadas para tal efecto. Hay que tener en cuenta que el hueco entre la pared y la propia cabina es sumamente estrecho, por lo que cualquier cable al aire podría provocar roces a futuro y terminar partiéndose. Por ello, nos aseguramos de dejar el cable bien anclado evitando cualquier tipo de roce con la pared.
La parte de arriba fue, a nuestro juicio, la zona más incómoda para trabajar, ya que había zonas del techo donde no se podía pisar debido a que no estaban reforzadas y había bastante cableado y dispositivos del propio ascensor que era mejor no tocarlos, así que hubo que andar con pies de plomo.
Tuvimos que colocar una caja de autoprotección para separar nuestra instalación de la caja de mandos del ascensor evitando que una pudiera dañar a la otra y viceversa. Colocamos una caja con un diferencial y un magneto, ambos bipolares, y dos enchufes schuko que serían necesario para alimentar tanto a la base inalámbrica emisora como a la propia cámara.
El último paso se desarrollaría dentro de la propia cabina del ascensor, donde taladramos el techo del mismo y anclamos la cámara con un sistema de tornillo-tuerca para evitar que alguien pudiera desmontar y llevarse la cámara, ya que para ello tendría que subirse al techo de la cabina para poder quitar las tuercas.
Con la cámara ya anclada, nos conectamos al sistema para acceder a la imagen captada y así orientar la lente de la mejor forma posible, al igual que lo habíamos hecho previamente con la cámara del interior del portal.
Momento de la verdad, momento de comprobar si las imágenes se transmitían de forma continua mientras el ascensor se encontraba en movimiento. Hicimos la prueba de subir hasta la última planta y bajar mientras nos movíamos contando plantas con los dedos a la par que movíamos los brazos para comprobar si la transmisión era fluida. Aquí os dejamos el video que grabamos:
Y para terminar, como en todas nuestras instalaciones de videovigilancia, la documentación relativa al Reglamento General de Protección de Datos:
- Carteles informativos de la existencia de zona videovigilada
- Cláusulas informativas para los vecinos
- Contrato de prestación de servicios
- Registro de actividades
- Información de los derechos que las personas pueden ejercer y sobre cómo actuar
- Etc.