Es normal que en los armarios de comunicaciones de las empresas, se realicen cambios con el fin de mejorar las condiciones tecnológicas en las que esta opera. Sin embargo, si estas operaciones de modificación no se realizan manteniendo un orden adecuado, pueden ocurrir cosas como estas.
Hasta tal punto que introducir un nuevo dispositivo puede llegar a ser físicamente imposible, aun cuando el tamaño del armario lo permita físicamente.
Esto puede evitarse, pero para ello es necesario controlar las personas que tienen acceso al armario y las operaciones que se realizan en el interior del mismo.
Nuestro cometido: instalar un nuevo armario de comunicaciones y ordenar el armario ya existente, teniendo en cuenta que las conexiones deberán ser idénticas tras el proceso de ordenación.
Lo primero de todo consiste en identificar todos y cada uno de los dispositivos existentes etiquetándolos de una manera sencilla y unequívoca. Acto seguido, se procede a crear el esquema físico de red, es decir, deteminar las conexiones internas de los dispositivos entre sí.
Realizada la identificación y esquema de red, se procede a extraer del armario cada uno de los dispositivos con el máximo cuidado posible, pues hay dispositivos muy sensibles a impactos que pueden resultar dañados por una mala manipulación.
Cuando el armario se encuentre vacío, se realiza el proceso contrario: se van colocando nuevamente los dispositivos poniendo primero aquellos que más conexiones tengan. De esta manera, conseguiremos tener odenados los cables desde el principio.
El resultado final, fue el siguiente: