Parece que cuando que hablamos de cámaras siempre enfatizamos el ámbito de la seguridad de las personas o las instalaciones pero no siempre es así. En este caso, nuestro cliente, una empresa de fabricación de hielos, nos ha solicitado la instalación de una cámara en el interior de un tanque al que caen cubitos de hielo.
De esta manera, se evita que los operarios tengan que desplazarse a este punto de forma frecuente para comprobar el nivel del tanque.
¡Dicho y hecho!
Acudimos a la planta de fabricación de hielos bien preparados ya que hacía mucho frío y ruido. Forro polar y cascos de protección acústica y comenzamos con el proceso.
Montamos la escalera, preparamos la bobina de cable de red, herramientas, tubos y cámara… estábamos listos para comenzar la instalación.
Empezamos lanzando el cableado de red por la rejilla aérea instalada a lo largo de la pared desde los terminales de control hasta el extremo opuesto de la nave donde la rejilla aérea se terminaba. Esta parte de la instalación fue la más cómoda ya que solamente había que ir apoyando y embridando el cable a lo largo de la rejilla.
Desde ese punto y, hasta llegar al tanque de hielo, tuvimos que instalar tubo corrugado a lo largo de la pared, algo que nos costó bastante ya que el hueco de acceso era muy reducido además de que el suelo y paredes estaban mojados (en algún caso hasta encharcado).
Con paciencia y cuidado, fuimos tirando metros y metros de tubo corrugado hasta llegar a la zona del tanque. Pasamos la guía por el interior, atamos el cable de red y tiramos de la guía para que el cable de red pasara por el interior del tubo corrugado.
Ya en el tanque en cuestión, llevamos el cable por encima del techo mediante tubo rígido de PVC, para que quedara lo más recto posible y colocamos una caja de derivación estanca al final de este. Dentro de esta caja es donde más adelante realizaríamos la conexión del cable de red con la cámara, previamente crimpado y testeado en ambos extremos.
Teniendo en cuenta el ambiente húmedo de la sala, colocamos una prensaestopa para asegurar la hermeticidad de la conexión de red evitando que le pudiera entrar la más mínima gota de agua.
Finalmente, instalamos la cámara en el interior del tanque en uno de los postes de acero inoxidable. La orientamos de forma aproximada ya que todavía no estaba conectada en el otro extremo, así que nos dispusimos a ello.
En uno de los terminales de control, desde donde habíamos comenzado a lanzar el cable de red, había un switch de red de la propia empresa, a la cual conectaríamos nuestro switch poe, encargado de suministrar corriente a la cámara a través del mismo cable de red por donde se transmite la imagen. Cableamos el switch, lo conectamos a la alimentación y dejamos el sistema listo para su configuración.
Con la instalación física terminada, nos digirimos al puesto de trabajo desde el cual querían tener la visualización de la cámara y descargamos y configuramos el software de monitorización correspondiente.
Configuramos los parámetros de conexión y ¡wuala! cámara lista. Os dejamos una captura de la imagen:
En esta ocasión, no es de aplicación el Reglamento General de Protección de Datos ya que la cámara no va a captar ningún dato o imagen de carácter personal, por lo que no fue necesario elaborar documentación alguna.