La ventilación de los componentes de un ordenador es uno de los aspectos fundamentales que la gran mayoría de las veces no se le presta la atención que realmente necesita.
Una obstrucción de los filamentos del disipador, por donde debe circular el aire, puede provocar el sobrecalentamiento de los componentes llegando estos a quemarse.
Si bien es cierto que casi todos los ordenadores de hoy en día disponen de un sistema de protección térmico en el que alcanzados «x» grados de temperatura el equipo se apaga de golpe (para evitar dañar los componentes), esta situación no es nada aconsejable, pues se está «cebando» el componente a trabajar a una temperatura que no es la nominal.
Si notas que tu equipo se calienta demasiado, que el ventilador mete mucho ruido o que el equipo se apaga de golpe cuando estás trabajando con él, entonces no hay duda: tu ordenador tiene un problema térmico.
En este caso, te aconsejamos que acudas a un servicio técnico lo más urgente posible para que procedan a eliminar la película de polvo que tapa los conductos de ventilación.